Qué es una alergia alimentaria y qué es una intolerancia alimentaria
Una alergia alimentaria es una respuesta del sistema inmunitario que ocurre poco después de haber consumido un determinado alimento. Incluso una ligera cantidad del alimento causante de la alergia puede provocar síntomas y signos preocupantes, como problemas digestivos, urticaria o sarpullido o en algunos casos más graves la inflamación de las vías respiratorias.
Los médicos especialistas en alergias alimentarias son los capacitados para estudiar estos casos. Toda la información que puede aportar el paciente es muy útil para poder identificar los grupos de alimentos sospechosos. Entonces, ¿Qué pruebas se pueden realizar? Dentro del estudio de alergia se pueden hacer pruebas cutáneas con alimentos o extractos de estos, también analíticas de sangre donde se identifican anticuerpos específicos para alimentos o componentes de estos, entre otras.
El objetivo principal del alergólogo, además de hacer un diagnóstico, es identificar qué alimentos puede tolerar cada persona con más seguridad. Esto incluye indicar un tratamiento correcto y orientar al paciente en caso de una ingesta inadvertida. Así, se mejora su calidad de vida y de las personas que lo rodean.
Por otro lado, las intolerancias alimentarias se definen como reacciones adversas no tóxicas. Algunas de estas son mediadas por anticuerpos, como es el caso de la enfermedad celíaca. Sin embargo, las intolerancias propiamente dichas se originan por deficiencias de enzimas. Generalmente, las intolerancias se producen frente a azúcares (carbohidratos), el macronutriente más consumido en la dieta habitual. Algunos ejemplos son la intolerancia a la lactosa o la fructosa.
Cómo funciona una intolerancia alimentaria
Como comentamos al inicio, no todas estas entidades tienen la misma causa, síntomas o evolución en todos los pacientes. Para comprenderlo mejor nos centraremos en la intolerancia a la lactosa como ejemplo (teniendo en cuenta que en España entre el 19% y el 28% de la población presenta esta particularidad).
Primero, es importante saber que la lactosa es el azúcar de la leche. En este caso en particular, el origen de la enfermedad se desencadena por una disminución total o parcial de la enzima que nos ayuda a digerirla: la lactasa, o también por alteraciones en su función. Según el nivel de déficit, los síntomas son más o menos intensos. Es por ello que algunas personas intolerantes a la lactosa pueden ingerir sin problemas lácteos en ciertas cantidades o presentaciones.
Los síntomas se presentan de forma rápida, aunque no inmediata. Estos incluyen: malestar abdominal, hinchazón, gases y en algunos casos, al igual que en las reacciones alérgicas, diarrea y dolor. A pesar de ello, estas no producen síntomas en la piel o respiratorios.
Cómo se diagnostica una alergia o intolerancia alimentaria
Para el diagnostico de las intolerancias existen distintas pruebas a realizar dependiendo del alimento sospechoso. Entre ellas se incluyen las pruebas de tolerancia, pruebas de aliento, analíticas sanguíneas y en algunos casos biopsia intestinal a través de una endoscopia. Generalmente el estudio de las intolerancias puede realizarse por un médico de familia y/o un especialista en Medicina Digestiva.
En conclusión, es importante conocer que tanto las alergias como las intolerancias alimentarias son enfermedades cada vez más frecuentes en nuestro medio y que al tener causas diferentes el estudio que requiere cada una, también debe serlo, aunque en general el tratamiento en ambos casos es la evitación del alimento implicado. Es importante tener en cuenta que debemos asesorarnos de especialistas en alergología antes de realizar dietas restrictivas o evitar alimentos sin la guía y supervisión adecuada, ya que esto podría afectar nuestra salud y nutrición.